#HOYHABLAMOSCON: BUBISHER, BIBLIOTECA Y BIBLIOBUSES PARA LOS CAMPAMENTOS DE REFUGIADOS SAHARAUIS
Hace tiempo que no tocábamos esta sección. Pues hoy volvemos con fuerza, y el placer de poder dar a conocer la gran labor que hacen desde el proyecto bibliotecario Bubisher. No queremos desvelaros nada, para que disfrutéis de una cálida, interesante y conmovedora entrevista. Bienvenidos/as a "Cómic y Sociedad" y esto es #hoyhablamoscon:
1. ¿Quiénes sois? ¿Cómo surge Bubisher? ¿Por qué crear un proyecto de esta índole?
Somos un grupo de personas que cree que la cultura es el mejor camino hacia la libertad, tanto en el plano individual, como en el colectivo. Escritores, maestros, profesores, bibliotecarios. Muchos no nos conoceríamos sin el Bubisher, que nos une sólidamente. Y surge de esa convicción. Le debemos todo a los saharauis, a los que abandonamos hace 43 años a su suerte. Y puesto que el estado, vendido a Marruecos, nunca hará nada, tratamos de movilizar a la sociedad civil para tratar de devolverles el futuro que les pertenece.
El Bubisher estaba larvado en nuestra mente: cultura en los campamentos de refugiados. Pero no encontró su camino hasta que los alumnos de un colegio gallego, con toda su fuerza y su inocencia, sabiendo que en los campamentos no había libros, y menos aún bibliotecas, nos sugirieron que lleváramos juntos (ellos aportaron sus ahorros) un bibliobús cargado de libros. Era tan imposible, que nos apasionó conseguirlo. Y lo llevamos. Y de aquel bibliobús (que sigue funcionando en el campamento de Smara, once años después) nacieron otros tres, y cuatro espléndidas bibliotecas.
2. ¿Qué significado tiene la palabra Bubisher?
El bubisher es un pequeño pájaro del desierto, que en su tradición trae las buenas noticias. ¿Qué mejor nombre para un bibliobús?
3. ¿Con qué vías de financiación contáis? ¿Cuáles son vuestros colaboradores?
Nunca quisimos depender de ayudas estatales. Elegimos un camino más difícil, pero más hermoso: financiarnos con las cuotas voluntarias de sus socios (somos más de doscientos, pero queremos ser muchos más), y con la solidaridad de niños y jóvenes, de la sociedad civil, capaces de organizarse mediante mercadillos solidarios, obras de teatro, musicales, almuerzos solidarios, y con la edición de libros.
Hasta el momento, Ritos de Jaima, del poeta saharaui (y presidente del Bubisher) Limam Boisha, y El niño de luz de plata, escrito por los niños de un club de lectura del campamento de Smara. Y pronto, Arena y Agua, también escrito por niños saharauis, bajo la dirección de la escritora Mónica Rodríguez. Todos los fondos para construir, comprar vehículos y libros, y para pagar los sueldos de los 20 trabajadores del Bubisher han salido de esas tres fuentes, más alguna aportación puntual de algún ayuntamiento.
4. ¿Cuántas bibliotecas y bibliobuses hay en los campos de refugiados?
Ya son cuatro bibliobuses y cuatro bibliotecas. En los campamentos de Smara, Ausserd, Bojador y, desde este curso, Dajla. Solo nos queda el de El Aaiun. Y desde las bibliotecas fijas estamos abriendo bibliotecas escolares, en colaboración con las propias escuelas.
5. ¿Cómo se gestiona en los campamentos de refugiados las bibliotecas y los bibliobuses?
Al principio, como no podía ser de otra manera, gestionábamos desde aquí. Pero poco a poco hemos conseguido, con una buena coordinación, que cada biblioteca se gestione a sí misma. El esquema, en líneas generales, es de una bibliotecaria o bibliotecario saharaui responsable de cada biblioteca, una monitora o monitor que trabaja tanto en los centros escolares como en la biblioteca, y uno o dos voluntarios, también saharauis. En alguna biblioteca tenemos que tener también un conductor. Todos ellos cobran un sueldo digno, y puntualmente. Y en la actualidad los horarios y compromisos se cumplen rigurosamente.
6. ¿Cómo funcionan los bibliobuses?
Cada mañana van con una monitora o monitor a uno o dos centros escolares para hacer actividades de lectura y escritura, y préstamo de libros. Por la tarde acuden a los barrios más alejados de la biblioteca, y o bien hacen alguna actividad y préstamo allí, o transportan a los niños y jóvenes que quieren a la propia biblioteca, para integrarles en los diversos talleres.
7. ¿Los bibliotecarios que realizan su labor en estas bibliotecas con qué tipo de formación cuentan? ¿Son voluntarios, o por el contrario realizan una actividad laboral? ¿Se les ofrece formación en pro de una mejora de los servicios?
Todos ellos tienen estudios superiores, cursados en Argelia, Cuba o España. Y todos ellos reciben un plan de formación continua de los voluntarios españoles que viajan (pagándonos siempre el viaje y la estancia de nuestro bolsillo), tanto en biblioteconomía como en estrategias de promoción de la lectura y la escritura. Los trabajadores saharauis, los veinte, cobran un sueldo acorde con sus capacidades. Pero siempre hay voluntarios, algunos de los cuales acaban trabajando formalmente.
8. ¿Con qué tipo de fondos cuentan las bibliotecas y los bibliobuses de los campamentos?
Fondos excelentes, la verdad. Muchos de los libros son donados generosamente por la editoriales españolas. Otros son apadrinados por particulares o grupos, comprados en España y llevados hasta allí por nuestros medios. Creemos que tenemos cuatro bibliotecas con los mejores álbumes ilustrados del mercado, porque son la mejor herramienta, pero también de libros más elevados. Eso en cuanto a libros en castellano, porque casi el 40 por ciento de los fondos son libros en árabe, donados por instituciones de países árabes como Argelia, o adquiridos con el dinero del Bubisher.
9. ¿El árabe y el castellano es el único idioma de los fondos con los que contáis, o por el contrario disponéis de material en otros idiomas?
Algo tenemos en inglés y francés, pero preferimos especializarnos en las dos lenguas más usadas por los saharauis, el árabe y el español.
11. ¿El funcionamiento de estas bibliotecas se asemeja al funcionamiento de las bibliotecas españolas? Además de ofrecer los servicios de préstamos y devolución de material, ¿se realizan actividades de animación a la lectura, u otro tipo de actividades?
Sí, sí. En primer lugar hay que tener en cuenta que en los campamentos hay muy poca dotación cultural y de entretenimiento. De modo que procuramos (todos, saharauis y españoles) que las bibliotecas sean lugares hermosos a los que apetezca acudir. Los bibliotecarios compiten en eso, en tener en ellas preciosos jardines, y un interior confortable y placentero. Por eso se llenan diariamente. Pero nada de eso serviría si en su interior no hubiera actividades de animación, culturales, clubes de lectura, de poesía, teatro, cine… Para hacerles crecer en la cultura, para que comprueben que leer, escribir, les abre mundos infinitos a ellos, a los que la política internacional ha relegado al olvido.
12. ¿Contáis con programas de voluntariado donde se pueda pasar una temporada como cooperante en los campos de refugiados Saharauis, realizando diferentes actividades bibliotecarias?
Sí, pero siempre con buena preparación. Organizarlos lleva mucho trabajo, y sería inútil si no llevan un plan de trabajo, algo nuevo que ofrecer tanto a los usuarios de las bibliotecas, como a los escolares y a los propios bibliotecarios saharauis.
13. ¿Qué necesidades educativas y formativas podéis observar en el pueblo saharaui?
Su educación, en un contexto tan precario, es asombrosamente digna: universal, gratuita, no sexista… Pero la escasez de fondos hace que sufra un cierto retraso. Los sueldos de los maestros y profesores no son suficientes para ganarse la vida. Mejorar en eso haría posible que la educación mejorara. Y nosotros estamos tratando de abrir bibliotecas escolares en cuantos centros nos lo pidan. La cultura tradicional saharaui es oral, y para el paso a una cultura escrita necesitan ayuda. Por eso estamos allí.
14. ¿Mantenéis alguna vía de colaboración con las escuelas para la promoción de la lectura?
Sí, aunque al principio nos fuera difícil (tampoco en España todos los profesores reconocen la importancia de la lectura en la educación), cada vez tenemos más facilidades, y hay ya muchos centros que quieren que vayamos a ellos y trabajemos con intensidad.
15. En cuanto a las nuevas tecnologías, y la llamada biblioteca 2.0. e incluso la 3.0 ¿Cuál es vuestra opinión, y cómo vuestras bibliotecas se han adaptado a este nuevo campo de trabajo?
Somos muy cautelosos al respecto. Para llegar a esa biblioteca digital hay que pasar primero por la biblioteca tradicional, y avanzar demasiado en ese sentido tiene el peligro de convertir la biblioteca en un cyber. Aún así, en la actualidad estamos en ello, con una experiencia piloto en una de las bibliotecas, para no dar pasos en falso. Somos conscientes que el futuro es cada vez más digital, pero en los campamentos hay que ir muy poco a poco.
Hasta aquí la entrevista a un bonito, diferente y esperanzador proyecto, que pretende llevar la cultura, el conocimiento, la magia y la creatividad a lugares donde las condiciones de vida no son tan privilegiadas, pero el entusiasmo y la expectativa ante otros mundos es enorme.
Aún no dejéis de leer, porque a continuación os tenemos guarda una sorpresa. Hemos tenido el privilegio y la suerte de entrevistar al escritor y activista Gonzalo Moure. Muy ligado a Bubisher, y que nos ha abierto las ventanas y puertas de un pueblo rico, acogedor y de gran corazón.
1. Si te parece bien, y no te importa, preséntate a nuestros lectores. Explayate lo que consideres.
No sé… Soy escritor, pero para mí esa palabra es muy parcial. Creo que escribo porque soy curioso, y me gusta contarles a los demás lo que descubro como fruto de esa curiosidad. No tengo mucha imaginación, o, si la tengo, es solo como un instrumento para crear una historia en la que contener el fruto de esa busca.
Es muy sencillo. Porque el mundo adulto está muy envarado, muy sujeto a lo que ya sabemos, a convenciones, a capas y capas de cultura heredada. Mientras que los niños y jóvenes se enfrentan al mundo con muchas menos reglas preestablecidas, y por eso su curiosidad, su capacidad para asombrarse por las cosas, su deseo de enfrentarse a lo aún desconocido se parecen a las mías.
3. Has escrito para varias editoriales, ¿cómo es el proceso de publicación? ¿Es complicado que te acepten manuscritos las editoriales? ¿Qué buscan estas en un escritor o escritora?
Uf, estaría horas hablando de eso. Trato de resumir. En la vía tradicional es un camino muy estrecho, un cuello de botella. Y solo se atraviesa con una de estas dos estrategias: o bien escribir lo que las editoriales creen que les puede dar muchas ventas y dinero, o bien presentarse a concursos literarios, donde (aunque no siempre) puede haber otros criterios. Hay excepciones, claro, editoriales pequeñas, muy honradas y comprometidas, pero que tienen pocos medios y pueden publicar poco. El otro camino ya existe: la red. En ella hay cientos de miles de jóvenes que en este momento están escribiendo algo que se encuentra a un click de distancia de cualquier lector de cualquier rincón del mundo. Y si se abren camino ahí, pueden empezar a pensar en editar en papel.
4. Tu obra es conocida por la atención que prestas a los problemas de tipo social. ¿Cuál ha sido la obra más dura de escribir por la temática que tratabas en ella?
Yo no diría dura. Ni tampoco me resigno a lo de los problemas de tipo social. Yo busco misterios del alma humana. Y cuando tengo que tocar algo “duro” lo hago igual que cuando trato algo hermoso. No diferencio. He escrito muchos libros en los que no hay nada de tipo social, pero ninguno en el que no haya una obsesión por la belleza y la verdad.
5. Tienes varias obras dedicadas al pueblo saharaui. ¿Qué te une a la problemática que sufren desde hace más de 40 años?
Bueno, fui allí por todo lo que he dicho antes. Por curiosidad. Porque había conocido a una fascinante niña saharaui que me hablaba de un lugar que era tan terrible como hermoso, con carencias occidentales, sí, pero con tesoros humanos difíciles de encontrar en nuestro mundo. Y al llegar allí comprendí la magnitud de su tragedia, y la injusticia de nuestro olvido. Y la paradójica belleza de su cultura y su situación. Y me fui sintiendo cada vez más comprometido con su futuro, sobre todo a través de la cultura, tratando de darles herramientas para que su voz fuera escuchada.
6. Sientes una gran conexión con el pueblo saharaui ¿Qué te aportan y qué les puedes aportar tu a ellos? Nos podrías contar alguna anécdota.
Me aportan, me han aportado en estos más de veinte años de contacto profundo, calidad humana. Generosidad, limpieza de cuerpo y alma. La primera noche que pasé allí estaba solo. Y un niño que me vio solo vino a regalarme un turbante para que no pasara frío, las primeras palabras en su lengua, el espectáculo indescriptible de “sus” estrellas. No me conocía de nada, fue por simple generosidad. Yo, les puedo aportar mi capacidad para que se conozca su existencia, su exilio, su sufrimiento, pero también la belleza de su cultura. Algún libro mío escrito en el Sáhara ha traspasado fronteras, se leen por miles y miles de escolares de rincones insólitos del mundo, pero sobre todo en España, que tanta responsabilidad tiene en su penosa situación.
7. ¿Qué puede aportar la literatura a un mundo en continuo conflicto?
La literatura es el laboratorio del hombre. En ella probamos nuevos caminos, nuevas formas de entender el mundo. Estoy seguro de que en los libros que van escribiendo ellos mismos está el mapa del tesoro, del tesoro de un mundo mejor, lejos del conflicto. Y trato de hacer lo mismo con lo que escribo, en lo que hago.
8. ¿Cuándo entraste a formar parte del proyecto Bubisher? ¿Qué te animo a participar de este proyecto, y qué te aporta?
Exactamente lo que decía hace un momento. Firmar manifiestos y asistir a manifestaciones está muy bien, es necesario, pero es mucho más útil tratar de que nazca una generación saharaui libre y culta, capaz de reinventar el mundo. Y me aporta paz. Me siento culpable a cada minuto, disfrutando de este mundo confortable que existe gracias a la explotación de los pueblos menos favorecidos. Trabajar diariamente en el Bubisher no me cura de esa rabia que siento, pero hago lo que puedo (aunque en realidad siempre se puede hacer más, lo sé.)
9. Y finalmente la pregunta del millón ¿qué podemos hacer las bibliotecas en la lucha por el respeto de los derechos humanos? ¿debemos involucrarnos en las problemáticas sociales que atontan el mundo, o por el contrario ser apolíticos?
10. Es que el primer derecho del hombre es el derecho al conocimiento. Las palabras se devalúan, y si hubiera dicho el “derecho a la cultura” no sería lo mismo. Cultura es conocimiento. Saber lo que otros piensan, conocer nuevos caminos. No se puede ser libre sin conocimiento. Por ejemplo, nadie hará nada por los refugiados del Sáhara si no sabe que existen. Escribir es el hecho más político que puede existir, porque es informar a los ciudadanos. Pretender ser apolítico es en realidad alejarse del ser humano, una pantalla para ocultar el egoísmo. Cuando me hablan del compromiso del escritor no digo nada nuevo, pero lo vuelvo a decir: compromiso con la verdad. Y, como decía Keats, con la belleza: “La verdad es belleza y la belleza verdad, y nada más necesitas saber”.
*Os dejamos algunos enlaces de interés, para que ampliéis información:
Aprovechando esta entrada quiero recordaros q se buscan familias de acogida para este verano. Podéis informaros sin compromiso en burgosaharaui@yahoo.es
ResponderEliminarGracias a la biblioteca del centro cívico San Agustín por acordaros de un pueblo olvidado
#saharalibre
Nos alegramos que os haya gustado. Las bibliotecas somos espacios donde dar voz a aquellos que han perdido la capacidad de dialogar. Demos la palabra al oprimido y paremos al opresor.
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