ES TIEMPO DE MICRORRELATOS - 2º SEMANA (RECOPILATORIO (20-27 DE MAYO)
Ante todo, gracias por vuestras aportaciones. Es fantástico que participéis con obras tan interesantes y creativas como las que veremos un poquito más abajo.
Por otro lado, nos gustaría anunciar también la siguiente propuesta:
Cada semana utilizaremos un generador aleatorio de palabras. Las primeras que salgan (que no sean excesivamente inusuales o retorcidas) serán publicadas en el blog y, aquí viene la propuesta como tal, estaría genial que, utilizando dichas palabras, intentaseis elaborar un microrrelato. No tiene que ajustarse necesariamente a estas; es decir, si por ejemplo una de ellas es un infinitivo de un verbo, podremos conjugarlo para encajarlo mejor en el microrrelato que tengamos en mente. Además, como es natural, podéis seguir dejando en los comentarios microrrelatos al margen de esta propuesta, con ideas propias y originales que no tienen que estar atadas a unas cuantas palabras.
Dicho esto, las palabras de esta semana son: Fondo, horizonte, quedarse, golpear, estela, entropía, egoísta y cabeza.
¿Difícil, verdad? Estamos seguros de que se os ocurrirán grandes relatos con estas cuantas palabras. ¡Dejádnoslos en los comentarios!
La recopilación de microrrelatos de esta semana ha sido la siguiente:
Perdido entre las líneas del tiempo se hallaba el muchacho incrédulo ante lo que sus ojos veían.
Anonimo.
Venganza
Ante la puerta gris la sombra acechaba. Era una noche sin luna ni estrellas. Ante él el dulce sabor del deber cumplido.
Ivrok Moreno.
Voluntad Evanescente.
Buenos días, ¿Desea algo?
Ya no. Ojala.
Dedalus Incandenza.
Pioneros.
-*Ay*... . ¿Crees que..? ¿Crees que alguien más habrá pisado esta misma tierra.
- Ni lo sé, ni me importa. Seguro que si alguien llegó hasta aquí ahora ya está muerto, y va a llevar mi nombre de todas formas. Dios mío, apenas puedo respirar. ¡Uff...!
Dedalus Incandenza.
Sabores.
A día de hoy, aún me sabe la boca a sangre, a lejía, y a ella.
Dedalus Incandenza.
Esperamos vuestros comentarios y vuestras aportaciones
Mejor nunca que tarde.
ResponderEliminar“...En el fondo siempre lo supe, jamás debí haberme quedado, no he nacido para vivir. He sido un ingenuo al pensar que la vida no me golpearía como lo hizo con mi difunto amigo. No he superado su pérdida, creo ver la marca de su espalda en el sofá y aún puedo oler ese insufrible desodorante. Estoy paranoico. A veces creo verle en la calle, confundo a menudo a otras personas. Siempre que paso por la calle en que nos conocimos le veo de refilón doblando la esquina de forma etérea, como dejando una estela. Tengo la impresión de que nunca podré quedarme mirando el horizonte sin pensar en él, en su nombre.
La cosmogonía, la entropía, la nada y el todo, todo se concentra en tí.
No sé si lo voy a poder hacerlo, no sin él, pero, por favor, quien lea esto que le diga a mi madre que siempre la quise y que lo siento. Si lo encuentras tú, todas las palabras son pocas.”
Suelto la nota, aunque más bien es como si mis manos dejasen de funcionar y el papel se escurriera dando una última caricia. No puedo creerlo. ¿Cómo has podido ser tan egoísta? ¿Crees haber sido la única persona del mundo que ha amado así a alguién? ¡Pues no! Yo te he amado, no se si de la misma forma, pero sí con la misma intensidad o incluso más. ¿Y de qué me ha servido, eh? ¿Qué me queda… sin tí? Te odio por haberte querido tanto.
Yo tampoco podré nunca sacarte de mi cabeza. Quizás lo haga una bala.
Dedalus Incandenza.
Salgo a la calle y emprendo el viaje de vuelta a casa, tras un largo y pesado día de trabajo. Si el K13 leyera mis pensamientos "egoístas", la pena que impondrían a mi desdichada vida alcanzaría límites insospechados. Bienvenidos a un Londres negro y oscuro, donde el Gran Ojo todo lo ve y todo lo oye. Ellos nos prometieron la paz y un horizonte la entropía seria cosa del pasado, quedándose los conflictos de antaño en meros recuerdos . Al fondo de la Avenida de la Victoria, se alza la majestuosa cabeza del Gran Padre, el líder máximo de un nación que vive la estela de tiempos mejores. De repente y sin previo aviso, noto el golpear de la lluvia sobre mi viejo sombrero negro. Una lluvia negruzca que me devuelve a la sucia y infecta ciudad donde vivo.
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